Islandia día 7: Cascadas Hengifoss, Fardagafoss y Fiordo Seyðisfjörður

El séptimo día en Islandia lo dedicamos a hacer varias rutas de senderismo y visitar uno de los fiordos más famosos, Seyðisfjörður.

Este día no teníamos que cambiar de alojamiento ya que hacíamos noche de nuevo en nuestras cabañas favoritas del viaje Ásgeirsstaðir Holiday Homes.

Por la mañana fuimos a hacer la primera ruta, llegar a la cascada Hengifoss, la dificultad es baja, y nosotros tardamos unas 2 horas aproximadamente en completarla ida y vuelta.

 

Nos hizo un día buenísimo y muy soleado y la ruta nos gusto muchísimo, la primera parte en cuanto empiezas a subir vas viendo cascadas, entre ellas Litlanesfoss que nos alucino, un salto de agua,  espectacular entre columnas de basalto

 

 

Hay bancos y varios puntos imprescindibles donde parar e ir disfrutando de la subida.

Tiene una parte algo mas plana pasando entre puentes y al lado del rio

para luego llegar al final de la ruta con vistas a la espectacular cascada Hengifoss y su caída de 128 metros. 

 

Nosotros no nos acercamos a su base porque esta prohibido, aunque la mayoría de la gente lo ignora, entendemos que la foto es mas chula pero si está prohibido será por algo.

Creemos que es una ruta imprescindible y accesible para casi todo el mundo ya que el camino esta o bien hecho de tablas o esta aplanado y la subida son entorno a 250metros.

Desde aquí nos fuimos a Egilstaddir a comer a Askur Pizzeria, muy recomendable (podéis ver más detalles aquí).

Y como seguía haciendo un día mucho y en el alojamiento nos habían dejado algunas rutas para hacer por la zona, nos fuimos a ver una cascada Fardagafoss, una hora aproximadamente entre subir y bajar parando y haciendo fotos y al ser una cascada poco conocida estuvimos solos, la verdad que nos gusto mucho y es ideal para todos los niveles, además vas recorriendo el rio donde todavía quedaba hielo. Hicimos hasta una merendola arriba.

Y desde aquí nos fuimos a otro de los platos fuertes del día, el fiordo Seyðisfjörður pero literalmente parecía que nos habíamos ido a otro planeta porque fue empezar a ir hacia el fiordo y todo era hielo, nieve, niebla y un frio helador.

 

 

 

De bajada paramos en Gugufoss y ya flipamos con el frio que hacía.

 

Una vez en el fiordo dimos una vuelta por el mismo, había un crucero atracado, y nos gustó mucho el fiordo, además nos alejamos un poco de la calle típica del arco iris y nos gustaron mucho las casitas de colores y la zona.

 

Por supuesto nos hicimos la foto típica con la iglesia y la calle pintada de colores del arco iris y no mucho mas porque de verdad que el frio era helador así que nos fuimos de vuelta al otro lado del fiordo, donde seguía reinando el sol y el buen tiempo.

Y aprovechamos para hacer una barbacoa en nuestra cabaña de madera antes de irnos a dar un paseo por los alrededores y ver el segundo atardecer de media noche allí, algo menos espectacular que el del día anterior pero igual de mágico.