Día 1 (tarde, después de visitar los Guerreros)
Como os decía en la parte primera de Xian, después de visitar los guerreros pusimos rumbo al barrio musulmán para visitar la Mezquita.
Bajamos en autobús (2 yuanes / persona), que
como os he comentado en muchos posts, nos sirvió para movernos sin problemas
por China y de manera más cómoda y rápida que el metro.
Deste ahí andamos a la Torre del Tambor o Drum Tower (están al lado). Las Torres no las visitamos por dentro, ya que nos pareció que lo más bonito era por fuera, especialmente de noche.
Justo detrás de la torre
del tambor empieza el barrio musulmán.
Fue meternos en el barrio
musulmán y quedarnos fascinados, la cantidad de callejones que salían por todos
los rincones, todo lleno de puestos de comida, mucha gente y muchísimas motos
pitando para pasar por esas calles tan estrechas, sin duda ya nos estaba
encantando, así que por la noche teníamos claro que cenaríamos de puestecitos
ahí.
Conseguimos encontrar la
mezquita, no sé cómo, porque hay un cartel escondido que apenas se ve indicándolo,
y la mezquita no es que este en una calle ancha, sino en un callejoncito
estrecho.
Pagamos la entrada de la Mezquita de Xian (25 yuanes / persona), donde
tampoco teníamos ningún descuento, y fue
entrar y encontrarnos un remanso de paz, que parecía mentira. Después del
ajetreo del barrio, el silencio de la mezquita hasta parecía raro.
Además cuando la
visitamos no había apenas gente, y solo vimos un grupo grande españoles con una
guía local.
Así que aprovechamos para
ver sus rincones, jardines, hacer fotos y también descansar.
Me parece una visita
imprescindible en Xian, ya que la arquitectura es una mezcla de la cultura
china con la árabe. Y sobre todo por la calma del lugar ya merece la pena.
Salimos de allí, y
compramos algo de merienda en los puestos callejeros y pusimos rumbo a la
Muralla de Xian (para descansar mi pie bajamos en autobús, aunque andando está
relativamente cerca). En China nada está al lado!
Queríamos entrar por la
Puerta, South Gate, a la que se accede por debajo de la plaza, pero cuando llegamos
había una chica indicando que esa entrada y esa puerta de la muralla estaba
cerrada por un evento privado y que teníamos que dirigirnos a la siguiente puerta.
Cuando llegamos a esa puerta,
no es que hubiera cola, lo siguiente, así que optamos por hacer una de chinos y
colarnos y ponernos los primeros. Aquí fue donde os contaba en el post de consejos, que cuando pedimos la entrada con descuento de estudiante, nos dijo
que solo chinos, y Carlos muy enfadado le pidió la ley o norma donde ponía eso,
porque en el cartel solo ponía students 50% discount, la chica no supo que
decir, porque claramente se lo estaba inventando y nos aplicó el descuento, así que nos costó 27 yuanes / persona la entrada a la muralla.
Por cierto lo de colarse
mola!
Si subís a la muralla por
la tarde chequead a qué hora cierra y a qué hora es el atardecer, ya que si
tenéis un día tan despejado como el nuestro ver el atardecer allí es chulísimo.
Sin duda fue una de las
cosas más bonitas de Xian, ver atardecer en la muralla.
También esta genial
alquilar bicis y recorrerla, nosotros no lo hicimos, porque mi dolor de pie
había incrementado así que solo andamos un pequeño tramo y nos sentamos en la
muralla a descansar y contemplar las vistas y el atardecer. Queda pendiente
para una próxima vez, que la habrá!
Consejo importante, no
seáis tan pardos como nosotros y os bajéis antes de que iluminen la ciudad y la
propia muralla, pero la verdad que no caímos en ello, fue poner un pie fuera de
la muralla y ver los farolillos encendiéndose.
Fuimos al hotel a darnos
una ducha y cambiarnos ya que llevábamos todo el día sin parar, y así ya volvíamos
a salir de noche al mercado musulmán para cenar en los puestos y ver el
ambientazo.
Desde nuestro hotel se
puede ir andando, está muy cerca, pero por mi pie y porque queríamos ver las
torres iluminadas bajamos hasta ellas en autobús, y alucinamos no solo con lo
preciosas que estaban iluminadas sino con las miles de personas que allí había.
El ambiente era increíble,
volvimos a callejear por el mercadillo (la parte de compras y regateo la dejaríamos
para la tarde siguiente) y nos fuimos hasta la zona de puestos de comida y de allí
ya no salimos.
Probamos de todo, en
muchos te dejan probarlo primero, y en otros íbamos arriesgándonos, las
brochetas de carne estaban espectaculares (por unos 5 yuanes o 10 yuanes), solo hay que asegurarse de que
entienden que no muy picante, porque veíamos lo que echaban a las de al lado y
solo eran especias.
Tomamos también
dumplings, y otras comidas chinas y la parte que menos nos gustó fueron unos
postres que pensábamos que eran y sabían más dulces pero no tenían demasiado
que ver.
Es una visita que no podéis
dejar de hacer la del mercado, ya sea de día o de noche o varias (como hicimos
nosotros).
Compramos unos palitos, a
mí me sabían como a triskis de España de diferentes sabores y estaban riquísimos,
fue nuestra subsistencia en horas de tren y bus durante los días siguientes.
Después del mercado, nos
subimos en autobús al hotel para descansar que al día siguiente queríamos
visitar varias cosas y por la tarde teníamos el tren a Pingyao.
Día 2
Nos levantamos y
desayunamos en el hostel, en este viaje como íbamos sin parar de un sitio a
otro muchos días desayunábamos por el camino, así que Carlos ya dijo que ese día
había que desayunar y bien que hicimos.
El desayuno nos costó baratísimo
para la cantidad, zumo, café, y 10 tostadas por 68 yuanes en total.
Desde allí salimos a la
calle principal para ir a visitar La Pagoda del Gran Ganso Salvaje (Great Wild Goose
Pagoda), porque además de la pagoda sabíamos que a las 12 (creo recordar) hacían
un espectáculo muy chulo de agua en las fuentes.
El trayecto hasta allí
fue bastante infierno, porque se hizo larguísimo diría que no menos de 40
minutos, en un autobús a reventar de gente (no entendimos donde iba tanta gente
un domingo tan temprano, pero es China, así que siempre hay mucha gente), y con mil paradas.
Cuando por fin llegamos a
la parada más cercana aun teníamos que andar un pequeño tramo.
Fuimos en busca de la fuente
y la encontramos, pero justo ese día no había juegos de agua, porque estaban
montando un escenario para un festival, así que nuestro gozo en un pozo.
Hasta ese momento, no había
visto a los niños sin pañales y con el culo al aire, que tanto me habían
comentado, y no sé si sería porque allí había muchos menos turistas y su mayoría
eran locales, que vimos un montón, y tuve que hacerles una foto! Aquí una prueba:
Dimos una vuelta por los
alrededores de la pagoda antes de visitarla.
Pagamos la entrada con
descuento de estudiante, que costó que nos lo hicieran, y nos costó 25 yuanes/ persona visitarla.
Una vez dentro del recinto,
la subida a la propia pagoda, se puede hacer pagando un extra, que nosotros
decidimos no hacer.
Y si te alejas de la zona principal, encontras este sitio tan bonito con este jardin donde
apenas había gente, ya que todo el mundo está agolpado a la entrada.
Recorrimos además los distintos
patios, y sitios de rezo:
Para nosotros la visita a la Pagoda del Gran Ganso Salvaje es una
visita prescindible en Xian si no disponéis de demasiado tiempo, no está muy cerca por lo que perderéis tiempo en
desplazaros, en nuestro caso además ya habíamos visto la Pagoda en Leshan y
salvo los alrededores menos aglomerados no nos pareció que ofreciera nada tan
llamativo como para no perdérselo.
Aun así si tenéis tiempo
y os apetece ir, añadidlo, pero nosotros viéndolo después habríamos aprovechado
para ver otras zonas de Xian o volver a la muralla para recorrer el tramo que
por el festival también tenían cerrado el día anterior y habíamos alquilado las
bicis.
Cuando terminamos la
visita comimos en un restaurante famoso por sus noodles de más de 3 metros de largo, está casi al
lado de la pagoda y atienden bastante rápido, se llama First Noodle Under the Sun.
Pedimos varias cosas
junto con el plato de noodles y todas estaban buenísimas, y muy
muy recomendable.
Después emprendimos
rumbo de vuelta , que nos costó hasta que conseguimos ubicarnos con que autobús coger y
donde (el número 26) pero al final lo logramos.
Cuando llegamos a Xian,
siempre con nuestras torres como referencia, volvimos al Mercado musulmán esta vez a
comprar souvenirs y alguna que otra imitación. Ya os digo que no tienen la
calidad de los mercados de Pekin, pero son muy muy baratas y para souvenirs están
geniales, nosotros teníamos que haber comprador mucho más aquí, pero quisimos
dejarlo para Pekin y error! Como ya os dije Shanghai para souvenirs o Xian, y
para imitaciones ambas están bien pero sin duda ahí la mejor es Pekin.
Volvimos a tomar
brochetas, no podíamos sin comer alguna más y ya, esta vez nos fuimos andando
al hotel donde recogeríamos las maletas y desde allí en metro fuimos hasta la estación
de Xian North, la misma a la que habíamos llegado.
En la estación
aprovechamos para comprarnos algo de cena para el tren y unos helados riquísimos! Y nos pusimos también a enseñar en un mapa a varias familias chinas de donde veníamos, y alucinaban viendo que veniamos de la otra punta del mundo.
El viaje en tren fue
perfecto y a las 10 llegamos a la estación de Pingyao.
La llegada a Pingyao y lo
que hicimos allí, os lo cuento en el siguiente post!
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