El tercer día en Islandia fue el más cansado día del viaje, como comenté en el artículo de organización de un viaje a Islandia por libre y en el de la ruta que seguimos, subestimamos los tiempos y lo que hacer en Snaefellsnes y acabamos llegando al siguiente alojamiento de la ruta a las 12 de la madrugada.
Esto sumado a que el tiempo fue muy muy malo, con mucha lluvia, despejado solo unas pocas horas, y con tramos de mucha niebla y hielo en la carretera en la ruta al siguiente alojamiento.
Así que mi recomendación es que si podéis hagáis una segunda noche en Snaefellsnes de nuevo o mas cerca de lo que lo que lo hicimos nosotros, por ejemplo, en Hvammstangi, que era el plan inicial.
No obstante, y a pesar del clima visitamos todo lo que pudimos, lo disfrutamos mucho y ahora a toro pasado nos alegramos de haber visitado tanto, pero la paliza de ese día fue considerable.
Por la mañana dijimos adiós a nuestra idílica casita en la granja, donde el Kirkjufell había desaparecido entre la niebla, e hicimos una breve parada en Grundarfjörður, la localidad al lado de nuestro alojamiento para hacer una pequeña compra, la localidad en si no tiene nada, intentamos ir a un café, pero estaba cerrado (horarios islandeses), así que usadlo como parada en ruta para gasolina, supermercado si es necesario.
Tened en cuenta que los puntos famosos Kirkjufell, Kirkjufellfoss, junto con la cascada Grundarfoss, lo visitamos el dia anterior como podeis leer en este post.
Siguiente parada Bæjarfoss, en el pueblo de Ólafsvík, es una cascada prescindible, pero de fácil acceso y cerca de la ruta principal, no os llevara ni 10 minutos acercaros a la misma.
Nuestro siguiente punto fueron las cascadas Svöðufoss y Kerlingarfoss,
nosotros fuimos hasta la base de Kerlingarfoss con el 4x4, todo un acierto.
Aunque para ver la segunda Svöðufoss, y más impresionante, hicimos un trekking desde Kerlingarfoss subiendo hasta la cima y luego llegando hasta la caída de Svöðufoss y luego hicimos un descenso lateral, pero el trekking por arriba no tiene nada chulo la verdad, o al menos no en un dia como el nuestro, así que habría sido mejor coger el coche de vuelta hasta el parking y visitar así Svöðufoss directamente desde la base, eso sí para acceder a la base de Svöðufoss hay que cruzar rio asique tenedlo en cuenta, en nuestro caso fue al bajar cuando lo tuvimos que cruzar, y luego tuvimos que hacer la vuelta al coche andando y la verdad con la lluvia y demás se hizo pesado y podríamos habernos ahorrado el trekking.
El siguiente punto solo pudimos verlo desde abajo, el volcán Saxholl, porque, aunque en la foto no se aprecia diluviaba así que no tenía mucho sentido subirnos hasta el cráter del mismo y bajar para no ver nada, eso si se sube por escaleras así que la dificultad es baja.
Desde aquí nos fuimos a Hellnar, entre los pájaros y aves que había, y el ruido de las mismas, los acantilados escarpados y oscuros y el clima parecía de peli de miedo. El sitio es impresionante y parada imprescindible.
Con tanta lluvia, frio y demás nos fuimos a comer a Arnastapi, a Stappin Arnastapa Café que os recomendé, la mejor hamburguesa de pollo de nuestra vida!
Después de comer, y por suerte con la lluvia dándonos un respiro, dimos un
paseo por la zona, es la unica zona junto con Hellnar donde vimos grupos, tours, el resto estuvimos solos, la zona es impresionante, los miradores, las formaciones volcánicas, los acantilados, las calas ...
La siguiente parada la hizo solo Carlos, yo me quede tranquilamente por la zona del parking y alrededores que es muy chula, y se fue a visitar Rauðfeldsgjá, una cueva o corte en la roca, hay que hacer un pequeño trekking hasta llegar a ella. A el le gusto bastante así que podéis acercaros si tenéis tiempo.
Y por fin salió el sol, por lo que pudimos aprovechar a visitar Búðir, y su iglesia negra Búðakirkja, la zona es muy de cuento.
La zona además cuenta con varias rutas, entre campos de lava, Budharaun, nosotros solo dimos un paseo cortito.
Y seguimos con más cascadas, desde aquí nos acercamos a Bjarnarfoss, muy recomendable, son unos 10 minutos andando desde el parking hasta donde llegamos nosotros pero se puede seguir subiendo a su base, nosotros no lo hicimos por falta de tiempo. El entorno y las vistas desde la cascada al mar son preciosas así que diríamos que es otro punto imprescindible.
Por esta zona hay un punto para ver focas pero nosotros lo pasamos por alto.
La última parada en la península fue a los Gerðuberg Cliffs, interesante si tenéis tiempo pero diríamos que no es esencial.
En cambio, el paisaje en ruta por la carretera bien merecía más paradas.
Una vez dejamos la península nos quedaban 3 horas de coche hasta Blonduos donde teníamos el alojamiento, así que a pesar de la lluvia, la niebla y el mal tiempo hicimos varias paradas en ruta que sino no veríamos y también porque la paliza sin parar después de todo el día seria aún mayor.
Una de las paradas fue la cascada Glanni, muy accesible desde el parking para todo tipo de personas, incluidos carritos etc. impresionante y suponemos que más en un día soleado, eso sí como la visitamos a las 21 de la noche, solo estábamos nosotros y una familia.
La parte de viaje entre Glanni y el cañón Kolugljúfur, fue chunga porque era puerto y carretera de montaña sumado a que no se veía nada de la niebla, había hielo, nieve por las cunetas y encima apenas había coches para poder guiarnos y ver alguna luz.
El cañón Kolugljúfur, nos gustó mucho, aunque la carretera para llegar a el no fue muy fácil, sumado al estado de la misma por la lluvia pero mereció la pena, nos gusto mucho a pesar del clima y otro sitio que vimos completamente solos, de día a las 22:45 de la noche. Tiene varios miradores y plataformas para ver las cascadas y toda la caída.
Y aquí ya si que si nos fuimos directos al alojamiento, que además no fue lo que esperábamos como os comenté en este post.
Con esto fin a un día 3 muy chulo pero el mas cansado del viaje.
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